¿Qué es el Trastorno de Procesamiento Auditivo?
Término general que se usa para describir una variedad de desórdenes que afectan la forma en cómo el cerebro procesa la información auditiva. Las personas con TPA usualmente tienen una estructura y función normal del oído externo, medio e interno (audición periférica). Sin embargo, éstos no pueden procesar la información que escuchan de la misma manera que otros lo hacen, lo cual lleva a dificultades en el reconocimiento e interpretación de los sonidos, en especial aquello que componen al habla. Se cree que estas dificultades surgen de una disfunción del sistema nervioso central.
¿Cómo saber si mi hijo/a tiene TPA?
- Se frustra rápidamente en la realización de las tareas.
- Necesitan más tiempo para procesar la información.
- Tiene dificultades de aprendizaje en la escuela.
- Tienen problemas de comportamiento.
- Parece no entender instrucciones orales.
- Parece molesto en ambientes orales y/o ruidosos.
- Necesita apoyo constante en las tareas escolares.
- Tienen dificultades con el lenguaje, la lectura, comprensión, ortografía y vocabulario (juntan palabras, tienen omisiones de letras…).
- Pregunta de manera reiterada ante consignas verbales.
- Se muestra desatento.
- No acaba las cosas que empieza.
- Parece no entender instrucciones orales.
- Ante la lectura de cuentos o historias parece no comprenderlas.
¿Cómo Evaluamos el TPA?
Para diagnosticar la concurrencia del TPA, y de su grado de gravedad, es necesaria la realización de pruebas audiológicas específicas prescritas por ASHA tales como: Test de discriminación auditiva en ambiente silencioso y en ambiente de ruido, Test de procesamiento temporal, Test Dicóticos, etc.
Además, habrá de efectuarse una valoración psicopedagógica pues existe un alto grado de coincidencia con muchos de los síntomas observados en niños que presentan déficit de atención en su nivel más leve, por lo que será importante tenerlo en cuenta a la hora del diagnóstico.
¿Qué tratamiento seguir?
El tratamiento debe ser diferente para cada niño/a, en función de los resultados audiológicos y psicopedagógicos obtenidos en la fase de diagnóstico. Debe enfocarse a la mejora de la discriminación auditiva en diferentes ambientes y en especial en ambiente ruidoso, memoria y atención auditiva, memoria secuencial auditiva, hábito de escucha, capacidad de priorizar la palabra ante el ruido, mejorar la atención general y la conciencia fonológica.