- Retroauriculares, intracanales, equipos de frecuencia modulada o cocleares son los principales modelos de dispositivos
- La adaptación del implante debe ir precedido de un estudio del afectado
En la primera parte de este artículo expusimos los diferentes aparatos que la tecnología proporciona para corregir la pérdida de audición, en el caso de hipoacusias neurosensoriales. También definimos las características de las diferentes clases de audífonos y explicamos en qué consiste el implante coclear. En esta segunda parte expondremos el tipo de audífono o implante coclear adecuado para cada persona.
La elección del sistema aplicable a cada persona que padece la pérdida auditiva común (hipoacusia neurosensorial) no depende sólo del nivel de su disminución de la audición sino que hay que atender, además, a características personales como la edad, su actividad habitual, etc…
Vamos a exponer con carácter general quiénes pueden ser destinatarios tanto de cada clase de audífono como del implante coclear.
La prescripción del uso de un audífono o implante coclear se llevará a cabo por el ORL y la programación, verificación y seguimiento de dichos dispositivos por el audioprotesista o audiólogo. Antes del proceso de selección del audífono el paciente debe realizar una batería de pruebas audiológicas que consisten básicamente en conocer cuál es el umbral auditivo, nivel de discriminación de la palabra y umbral de disconfort del ruido. Estas pruebas junto a la valoración médica y pruebas electrofisiológicas ayudarán al audioprotesista o audiólogo a seleccionar el dispositivo más adecuado para cada persona.
Los audífonos
Los audífonos se pueden adaptar tanto a adultos como a niños y bebés. De hecho, en La Rioja, gracias al programa de detección de la sordera en recién nacidos, hay bebés que utilizan audífonos ya desde sus primeros meses de vida. La CODEPEH (comisión para la detección precoz de la sordera) aconseja la adaptación protésica infantil a partir de los 6 meses de edad.
Si bien hace años el audífono se vinculaba a personas adultas, normalmente de edad avanzada, hoy las primeras marcas del mercado fabrican audífonos específicos para niños, con características y sistemas de programación que se adaptan a las diferentes edades del niño.
Vamos a ver cuáles son los criterios para la colocación de una u otra clase de audífonos.
a) Audífonos Retroauriculares. Como decíamos, constan de una carcasa, que se coloca detrás de la oreja, donde están integrados los componentes electrónicos, y que se une por medio de un molde realizado a medida al conducto auditivo externo. Pueden llevar el amplificador en el conducto auditivo o en la carcasa.
Este sistema es el más adecuado para los bebés y niños pues al ser un audífono de mayor tamaño tienen la posibilidad de ser compatible con sistemas de FM. Este sistema les permitirá oír exclusivamente a la profesora en clase o guardería sin que el ruido interfiera en la comprensión de la palabra, y mejorará la discriminación en las asignaturas donde es necesaria una buena percepción auditiva, como en las de idiomas.
El tamaño de la carcasa permite introducir en ella tecnología de gran potencia, por lo que esta clase de audífonos es adecuada para adultos con pérdidas auditivas importantes y muy aconsejable en personas adultas que por su edad podamos pensar en pérdidas auditivas más progresivas.
También es apropiada esta clase de audífonos para quienes presenten mala motricidad manual, dado que su manipulación habitual es sencilla, ya sea para ponérselo, quitárselo o cambiarle las pilas.
b) Audífonos Intracanales. Son los audífonos que muchas personas quieren porque, al colocarse dentro del canal auditivo externo, no se aprecia ningún signo externo de su existencia.
Sin embargo, esta discreción lleva aparejada una menor potencia del aparato y, además, no son compatibles con los sistemas de frecuencia modulada que permiten discriminar la palabra eliminando el ruido ambiental.
Están recomendados para personas adultas con pérdidas auditivas ligeras y moderadas y requieren una toma de impresión del conducto auditivo externo para su adaptación en el oído.
Este tipo de audífonos no es aconsejable en el caso de los niños pues el conducto auditivo del niño, al crecer, se modifica continuamente y eso conlleva un cambio de audífono continuado.
c) Equipos de frecuencia modulada (FM). Son equipos que transmiten la señal sonora mediante ondas de alta frecuencia, evitan interferencias y mantienen constante el nivel de entrada de la señal auditiva.
Este sistema es altamente beneficioso para los niños y adolescentes que están en pleno proceso de aprendizaje escolar y para aquellos adultos que quieran disfrutar de conferencias y reuniones de trabajo sin que el ruido ambiental interfiera en la comprensión de la palabra.
Tan importante como la elección adecuada del audífono es el seguimiento de su funcionamiento. Una vez adaptado el audífono será muy importante acudir al centro auditivo con regularidad, dado que allí deberán verificar que el aparato se encuentra en perfecto estado de funcionamiento y, algo muy importante, que el grado de audición sigue siendo el mismo, pues si se producen variaciones en el nivel de audición será necesaria una nueva programación, adaptada a la nueva situación auditiva del paciente.