Rosario, ya no estás con nosotras en persona, pero tu legado, tu trabajo y sobre todo tu cariño y entusiasmo seguirá y perdurará entre nosotras.
Siempre recordaré las conversaciones sobre conciencia fonológica, lectoescritura y audición, siempre recordaré tus consejos tanto personales como profesionales.
Este cariño hacia ti ha sido compartido por todo el equipo del centro y no te olvidaremos nunca.
Descansa en paz y abrazos a toda la familia que siempre te ha querido y admirado.